viernes, 30 de mayo de 2014

Mis palabras favoritas en húngaro

Cuando uno descubre un idioma totalmente diferente a aquellos que habla o conoce, de vez en cuando, surgen algunas palabras nuevas que suenan muy graciosas, o que se parecen a otras de otro idioma pese a que su significado sea diferente. Tras varios años he elaborado una lista de palabras húngaras que me encanta como suenan, lo que significan o que coinciden con otras en castellano pese a tener distintos significados. 

A continuación os dejo la lista. Primero escritas, entre paréntesis su pronunciación y finalmente su traducción al castellano:


Frufru --> Flequillo

Csikis (Chiquis) --> Cosquillas

Titok --> Secreto

Lusta (Lushta) --> Perezoso

Talicska (Talichca) --> Carretilla

Csiga (Chiga)  --> Caracol

Bubi --> Burbuja

Picit (Pichit) --> Un poco

Csocsó (Chocho) --> Futbolín

Mosoly (Moshoi) --> Sonrisa

Ajkak (Aikak) --> Labios

Ölelés (Olales) --> Abrazo

Morci (Morchi) --> Enfadado

Dorombolni --> Ronronear

Csók, Csókolózni (Chok, Chokolosni) --> Beso, Besar

Puszi (Pusi) --> Besar en la mejilla

Besúgó --> Chivato

Puki --> Pedo

Büfi --> Eructo

Kukac (Kukach) --> Lombriz / arroba

Bimbó --> Brote o pezón

miércoles, 28 de mayo de 2014

Pécs

Con 148.000 habitantes, Pécs es la quinta mayor ciudad de Hungría por población, y la más importante del suroeste del país. Alberga la universidad más antigua de la nación húngara, y a día de hoy es un popular destino universitario, con más de 34.000 estudiantes, tanto húngaros como extranjeros.

Su emplazamiento, cerca de las montañas Mecsek, es bastante singular en un país tremendamente llano como Hungría: es una de las pocas ciudades de este país donde nos tocarán subir algunos repechos, especialmente en las calles más emblemáticas, situadas al norte de la ciudad, donde comienzan las colinas.

Cómo llegar:

Situada a 230 kilómetros de Budapest, se puede alcanzar cómodamente en apenas dos horas por la autopista M6, o en algo menos de 3 horas en tren, desde la estación de Budapest-Déli. Hay trenes cada 2 horas en ambos sentidos, y es de nuevo la mejor opción en cuanto a transporte público para viajar entre Pécs y la capital. Sin embargo, si, por ejemplo, venimos desde Szeged, la única opción es el autobús, en un viaje de más de 3 horas y media por la carretera 55 (bastante mala, por cierto).

Un poco de historia:

La ciudad de Pécs se fundó en realidad en el siglo II por los romanos bajo el nombre de Sopianae. Tras la llegada de los húngaros, en el año 1009 el rey San Esteban fundó un obispado, y la ciudad comenzó a crecer. En 1367 se fundó en esta ciudad la primera universidad de Hungría, por el rey I. Lajos (Luis I de Hungría). En el siglo XVI fue conquistada por el imperio otomano, que ocupó durante siglo y medio la mayor parte del país. En la época socialista contaba con industria, minas de carbón y uranio, y una importante agricultura. Tras la caída de la URSS su industria sufrió un duro golpe (la población de la ciudad ha disminuido considerablemente en las últimas dos décadas, aunque en general esto ha pasado en casi todas las poblaciones húngaras salvo Budapest).

Pécs fue en 2010 capital europea de la cultura junto con las ciudades de Essen y Estambul. Gracias a esto, la ciudad recibió fondos con los que emprendió una gran remodelación en la parte histórica, y que han dejado una de las zonas urbanas más bellas de toda Hungría.

Qué ver:

Independientemente de que lleguemos a Pécs en autobús, tren o coche, para iniciar el recorrido hay que llegar primero a la calle Nagy Lajos. De aquí parte en sentido transversal la calle Irgalmasok, con una ligera pendiente. Esta es la calle que debemos tomar para ver la esencia de Pécs.

Lo primero que nos sorprenderá, a mano derecha, es una gran sinagoga, en la plaza Kossuth. Al otro lado, parte una callecita muy curiosa, Citrom utca (calle del limón), que a mi me encantó, me parece la calle más curiosa de Pécs, con sus balconcitos y sus comercios. Aquí hay una restaurante italiano bastante bueno y no muy caro, llamado Oliva étterem, con buenas pizzas y pasta, que puedo recomendar, para saciar el estómago, ya que además, debido a la distancia, al llegar a Pécs comer suele ser una de las primeras necesidades. Al final de la calle está el edificio de Correos o posta en húngaro, de singular belleza, y una pequeña muralla a la cual se puede subir por unos escalones (o al menos se podía cuando yo fui).


Citrom utca.

Edificio de correos (Posta).

Sinagoga de Pécs.


Volviendo a Irgalmasok utca, seguimos hacia arriba hasta dar con el centro neurálgico de la ciudad: Szechényi tér. Aquí está la antigua mezquita de Pasha Qasim, construida durante la época otomana, que hoy en día se utiliza como iglesia católica (solo hay que ver la cruz sobre la media luna que hay encima de su cúpula). Otros espectaculares edificios de la plaza son el ayuntamiento (Városháza), la diputación de Baranya (Megyeháza), el hotel Nádor, la iglesia de Fatebenefratelli y las estatuas de la trinidad y de János Hunyadi.


Szechényi tér, con la antigua mezquita, la estatua de la trinidad y el hotel Nádor.

Ayuntamiento (Városháza).

Otra vista de la plaza.


Edificio de la diputación (Megyeháza).


Desde esta plaza parte Király utca (calle del rey), fácil de localizar porque en la esquina está el ayuntamiento (y un McDonald's, para orientarse fácilmente). En dicha calle nos encontraremos más adelante con el Teatro (Nemzeti színház, que significa teatro nacional, todos los teatros húngaros son teatros nacionales) y la iglesia del Liceo. Cerca de aquí hay otro buen restaurante, Korhely Pub, con comida mexicana, entre otras, en la pequeña calle Boltív köz.



Teatro de Pécs.


Volviendo a Szechényi, toca de nuevo subir por la calle Janus Pannonius, calle que tiene, como curiosidad, una enorme verja llena de candados dejados por parejas, como hay en muchas ciudades europeas, sobre todo en los puentes. Sin embargo, la de Pécs es verdaderamente asombrosa. Continuaremos por esta calle hasta la catedral de San Pedro (Szent Péter), cuya entrada creo recordar que es de pago, aunque yo llegué a última hora, justo antes de que cerraran, y pude echar gratis un vistazo, si mal no recuerdo.



Catedral de San Pedro.


Cerca del templo hay una plaza con parque con agradables jardines para pasear (Szent István tér), y una especie de torreón, el Barbakán, que en mi primer viaje pude entrar y subir gratis, pero la última vez que estuve estaba cerrado a cal y canto, quizás porque era invierno. Podemos volver de nuevo a Szechényi tér por Ferencesek utcaja, o rodear la ciudad caminando junto a la muralla al norte, por Aradi vertánuk utja y Kalvária.


Muralla.

Típico de las ciudades húngaras es caminar por una moderna y reconstruida calle del centro y cruzarte con calles transversales como esta, que parecen sacadas de otro continente.


Podemos tomar la calle Rákóczi, rodeando el centro histórico, especialmente el cruce con la calle Szabadsag bien merece un vistazo. En esta misma calle Rákóczi, hay otro buen sitio para comer o cenar: Kalamaris vendegló, que además tiene unos precios muy buenos (o al menos los tenía cuando fui). En cuanto a las cafeterías y pastelerías (kávézok és cukrásdak en húngaro), Virag cukrászda, en plena Szent István tér, es bastante recomendable. Aunque he estado en alguna más, no recuerdo muy bien cuales eran, además de que suelen cambiar, cerrar viejas y abrir nuevas. En cualquier caso no es muy difícil asomarse y ver el mostrador de pasteles. Si son apetecibles (casi todas las veces), entonces sin duda es un buen sitio.


Calle Rákóczi.


Alrededores:

Propiamente en la ciudad de Pécs no hay aguas termales (lo cual sin duda es una rareza en este país), pero cerca de allí hay dos balnearios muy famosos en Hungría. Uno de ellos se encuentra en la localidad de Harkány, con mucha fama nacional, y unas piscinas de aguas termales gigantes como campos de fútbol. De estas conocidas termas ya hablé en su momento. Se puede alcanzar en pocos minutos desde Pécs, ya que dispone de frecuentes conexiones de autobús. Aquí la web del balneario.


Balneario de Harkány, que sorprende por su gran tamaño.


También cerca hay otro balneario, este más moderno y algo menos famoso que el de Harkány, pero también es una excelente decisión bañarse en sus aguas. Está en el pueblo de Siklós, que además cuenta con un afamado castillo. Aquí la web del balneario, que por desgracia está solo en húngaro, y aquí la del castillo, que también parece estar solamente en lengua magiar.


Balneario de Siklós, con sus características piscinas en forma de columna.

Castillo de Siklós.


Cerca de Pécs también se encuentra un pueblo vinícola de gran fama dentro de Hungría y que ha comenzado a ser conocido en el mundo de los caldos internacional. Se trata de Villány, del cual ya escribí en una entrada sobre las regiones vinícolas de Hungría. Sin duda un placer pasear por su calle principal y entrar a las bodegas que se hallan a ambos lados a probar sus vinos y su pan con grasa, pimentón y cebolla, muy típico, así como tablas de quesos e incluso tapas con berenjena y otros productos muy mediterráneos.


Bodegas en la calle principal de Villány.


Por último está Mohács, un pueblo con una importante minoría croata a las orillas del Danubio, que ofrece un agradable paseo, y donde se celebró una de las más famosas batallas en la historia de Hungría, y que significó el comienzo de la invasión de Hungría por parte del Imperio Otomano, que posteriormente ocuparía el país durante casi un siglo y medio, y cuyo legado de mezquitas y fuentes termales puede percibirse hoy en día. En los carnavales, se celebra una curiosa fiesta, el Busójáras, donde algunos de sus habitantes se disfrazan con máscaras y pieles y recorren las calles del pueblo ante la mirada de muchos lugareños y turistas.


Ayuntamiento de Mohács.

Fiesta del Busójáras en Mohács.

lunes, 26 de mayo de 2014

Elecciones europeas desde Hungría

No ha habido grandes sorpresas en las elecciones al parlamento europeo de ayer domingo, salvo por el hecho de que los resultados del MSZP han sido peores incluso de lo que se esperaba. Fidesz (conservadores) ha arrasado con el 51,5% de los votos y enviará 12 parlamentarios, el Jobbik (extrema derecha) ha sido la segunda fuerza con el 14,7% y tendrá 3 representantes en Bruselas, el partido socialista (MSZP) terceros con el 11% y 2 parlamentarios, cuarta ha sido la Coalición democrática (DK) de Gyurcsány con el 9,8% y que ha conseguido 2 escaños, después entra Együtt con el 7,22% y por último LMP (verdes) ha entrado, justito, con el 5% (que es el mínimo necesario para enviar representantes a Bruselas), los dos últimos con un asiento en el parlamento cada uno.

La participación ha sido bastante baja, tal y como se esperaba, con un 29%. De los poco más de 8 millones de húngaros llamados a las urnas, 2,3 millones han ido a votar. Mucha gente, harta de las enormes colas que se formaron en los comicios nacionales del pasado mes de Abril, directamente ni se planteó ir a votar esta vez. No obstante tampoco ha sido tan baja como la de la vecina Eslovaquia, que se ha quedado con un paupérrimo 13% de participación. En España la participación ha sido del 46%.




Nada nuevo bajo el sol: el Fidesz de Orbán siguen siendo la opción mayoritaria, los socialistas continúan en caída libre de la mano de Mesterházy y el Jobbik sigue consolidándose como la alternativa a Fidesz. Destacar la baja participación y la menguante confianza en la Unión Europa. Una Unión Europea que aquí, da trabajo (mal pagado), ayudas para el desarrollo (que son imprescindibles para mejorar este país), pero que se inmiscuye demasiado en asuntos propios y que, como se ha visto en esta crisis, poco hace por sus ciudadanos. Algo que en general ha ocurrido en todos los países (especialmente Francia, Reino Unido, Austria, Dinamarca y Grecia). No hay que olvidar que los húngaros son muy suyos (tanto o más que los ingleses), y que aunque comprenden que la UE es necesaria (más que nada porque Hungría está en sus manos, es una enorme fábrica barata exportadora para la UE), no les gustan muchas de las decisiones que se toman en la lejana Bruselas. Y de esto, Fidesz y Jobbik son expertos en sacarle rendimiento electoral.

Jobbik, con su discurso populista, patriota y de extrema derecha, sigue acaparando votos, aunque su crecimiento se ha estancado. Fidesz no parece tener rival, aunque sigue perdiendo votos, pero su enorme colchón con los rivales que aún tiene le permiten respirar tranquilo. Y como decíamos, la izquierda se desmorona. Si no llega una limpieza urgente (algo que lleva años pidiendo a gritos) no se sabe donde estará su fondo. Orbán puede dormir tranquilo de momento. El caso es que tras este fiasco electoral, el propio Attila Mesterházy ha anunciado que piensa dimitir. Vamos a ver qué pasa.


Los socialistas siguen sin levantar cabeza.


Por lo demás, la campaña electoral ha estado animada con las acusaciones a Béla Kóvacs, miembro del Jobbik en el parlamento de Bruselas desde 2010, de ser ni más ni menos que un espía ruso. El artículo apareció en el periódico Magyar Nemzet (cercano a Fidesz) 10 días antes de las elecciones, lo cual recuerda, y mucho, al escándalo Gábor Simon, que afectó a los socialistas, a pocos días de las elecciones nacionales para el parlamento húngaro del pasado mes de Abril, también desvelado por el mismo periódico. Casualmente poco se habló de los asuntos de corrupción de Fidesz, como el de Antal Rogán, quien reveló que tenía unas cuantas propiedades por Budapest que había olvidado declarar en años anteriores, y que no quedó muy claro como las había pagado. Lo cierto es que la noticia podría ser verdad, y ciertamente Béla Kovács está muy ligado a Rusia (allí se licenció, y su esposa es de origen ruso).

Por cierto, el mencionado Gábor Simón abandonó recientemente la prisión donde había ingresado para no obstaculizar la investigación que se está llevando contra él, bajo la acusación de tener varias cuentas en Austria no declaradas con importantes sumas de dinero y posteriormente, intentar abrir una cuenta en Hungría con un pasaporte falso.

domingo, 25 de mayo de 2014

Hungría y sus vecinos

Debido a su posición centroeuropea y a su compleja historia, Hungría cuenta con unas peculiares relaciones con los países que la rodean. Sin ir más lejos, pese a ser un país de poco más de 90.000 kilómetros cuadrados, Hungría posee fronteras con 7 países muy variopintos: Austria, Eslovaquia, Ucrania, Rumanía, Serbia, Croacia y Eslovenia. De ellos, dos (Ucrania y Serbia) no son miembros de la UE, y otros dos (Rumanía y Croacia) no pertenecen al espacio Schengen pese a formar parte de la UE. Por último Austria, Eslovaquia y Eslovenia son miembros de la UE, del espacio Schengen y de la eurozona. Pero esto, que ya suena complejo, solo es la punta del iceberg.




Pese a pertenecer a la UE y haber firmado el acuerdo de Schengen, en general las relaciones diplomáticas y cotidianas con los países vecinos no son tan buenas como estos acuerdos burocráticos pretenden aparentar. Todo esto tiene su origen fundamental en dos hechos históricos: 

Primero, que durante la época del Imperio Austrohúngaro (desde la segunda mitad del siglo XIX hasta 1919), el reino de Hungría regía una parte importante del territorio actual de cada uno de los países contiguos, donde ejerció un fuerte proceso de magiarización entre la población no húngara de dichos territorios, imponiendo su lengua y cultura y marginando a quienes no la adoptasen, así como apartándolos de la escena política.

Segundo, que tras ser Hungría uno de los perdedores de la primera guerra mundial, mediante el Tratado de Trianon estos territorios dejaron de pertenecer a Hungría, pasando a formar parte de cada uno de los países contiguos, y estos comenzaron un proceso de inverso, una "desmagiarización", imponiendo cada uno de ellos su idioma, cultura... a todos los húngaros que los habitaban, que quedaron repentinamente fuera de Hungría repartidos en varios países (y así llevan casi un siglo).


Disolución del Imperio Austrohúngaro, debido a las sanciones tras la primera guerra mundial. El Reino de Hungría antes de la guerra, en 1914, está en color rosa claro, y se vio reducido en 2/3 tras la guerra, los territorios pasaron a formar parte de los estados contiguos. También Austria sufrió grandes pérdidas territoriales (en color marrón extensión de Austria en 1914). Ambos están superpuestos en la imagen sobre el actual mapa de Europa.


Además, en las dos guerras mundiales tuvieron lugar invasiones, combates y matanzas entre todas las etnias que habitaban estos complejos territorios, con lo que los odios internos se acentuaron en gran medida.

Durante la etapa soviética, la fuerte centralización de Moscú reprimió en gran medida los nacionalismos (también los internos), sin embargo con la caída de la URSS, cada país pasó a ser totalmente soberano, con lo que las minorías húngaras que los habitaban se temieron de nuevo lo peor. Sin embargo Hungría firmó rápidamente acuerdos con sus vecinos para que estos respetaran a dichas minorías, además eran tiempos de confraternidad y empatía entre los países que había logrado por fin independizarse totalmente de la influencia soviética.

Pero tras este fugaz período, de nuevo los nacionalismos se acentuaron, sobre todo debido a las penurias económicas de la dura transición de una economía planificada orientada a la URSS a una economía liberalizada orientada a la Unión Europea y Occidente. Los políticos poco tardaron en hacer resurgir viejos odios y batallas para hablar de otra cosa que no fuera la debilidad económica, la corrupción, el paro... Algo que, por cierto, siguen haciendo hoy en día.


Cartel de entrada a Hungría en la actualidad (República Húngara = Magyar Köztársaság).


ESLOVAQUIA

La historia de ambos países está muy ligada, y normalmente eso no es nada bueno. En el caso de Hungría y Eslovaquia, conviene recordar que la capital de esta última, que posee un nombre bastante moderno, Bratislava (rescatado en el pasado siglo de unos viejos documentos sobre su famoso castillo), se llamó Pressburg (en alemán y nombre oficial) o Pozsony (en húngaro) durante la mayor parte del anterior milenio. De hecho fue la capital del Reino de Hungría durante la ocupación otomana de Buda y de gran parte de la nación magiar.

No solo eso, todo el sur de la actual Eslovaquia perteneció al reino de Hungría hasta 1919, y allí se asentó una parte importante de población de etnia húngara, (que eran minoría allí y que vivió bastante bien hasta que tras Trianon se encontró en un nuevo y extraño país). Como hemos dicho Hungría marginó a los eslovacos de estos territorios durante su reinado. Tras la primera guerra mundial hubo muchos intercambios forzosos de ciudadanos húngaros por eslovacos, historias terribles de gente que tuvo que dejarlo todo de la noche a la mañana y fue transportada a una nueva región. Hoy en día los húngaros forman el 10% de la población total de Eslovaquia, siendo alrededor de 500.000.

Uno de los conflictos más recientes fue en 2010, cuando el recién llegado partido político Fidesz a la presidencia húngara, aprobó una ley para otorgar la nacionalidad húngara a todos aquellos ciudadanos eslovacos con antepasados húngaros y que hablasen la lengua húngara, pese a no haber vivido nunca en el actual territorio de la Hungría post-Trianon. Eslovaquia lo consideró todo un ataque a su soberanía y montó en cólera, amenazando con retirar el pasaporte eslovaco a todo aquel que se solicitase la nacionalidad húngara. Tras tensos debates y cruces de declaraciones, finalmente se moderaron las condiciones para solicitar la ciudadanía húngara en este caso, debido en gran parte a la fuerte presión de la UE. Esto solo es una muestra de la gran rivalidad entre ambos países.

Tampoco hay que olvidar que Eslovaquia es un estado joven, y el fuerte patriotismo se ha arraigado mucho para contrarrestar este hecho. El que los húngaros consideren abiertamente que su historia es mucho más rica que la eslovaca tampoco ayuda mucho a estrechar lazos.

Tras la entrada de Eslovaquia a la eurozona, y debido a la debilidad del forinto, son muchos los eslovacos que cruzan la frontera para hacer sus compras o disfrutar su tiempo de ocio en Hungría, ya que les sale más barato. La propia Bratislava está a muy pocos kilómetros de Hungría.

RUMANÍA

La actual Rumanía fue fruto de la adopción de los territorios húngaros hasta 1919, que le permitió casi duplicar su tamaño. Tampoco conviene olvidar que la política de Rumanía en las guerras mundiales fue un tanto ambigua (de hecho inicialmente estaba alineada con Alemania), por lo que quizás tuvo un premio demasiado generoso en cuanto a territorios se refiere. En Transilvania, actualmente en pleno corazón del Estado rumano, aún hoy en día hay varias provincias donde los húngaros son mayoría, y en todo el oeste del país hay importantes núcleos de etnia húngara. De hecho, con 1,5 millones de húngaros, Rumanía es el país con más húngaros del planeta (sin contar obviamente a la propia Hungría). Sin embargo, es uno de los países que más ha respetado los derechos de los húngaros.

En general los húngaros miran a los rumanos por encima del hombro (pocos países no lo hacen), ignorando en gran medida a un país que tiene mucho que ofrecer y con un gran patrimonio y gente envidiable, pese a sufrir una economía catastrófica. Me recuerda, en parte, a como en España se ha mirado históricamente a Portugal, al vecino que las cosas le van un poco peor y que resulta un falso consuelo.

SERBIA

La región de Voivodina, que comprende todo el norte del país balcánico, cuenta también con una importante cantidad de ciudadanos de etnia húngara. El problema añadido es que, además, no pertenece a la UE ni a Schengen, y especialmente en el territorio fronterizo, donde se asentan la mayoría de húngaros, la doble frontera serbo-húngara ha condicionado su modo de vida a un gran nivel. Muchos funcionan con las grandes ciudades del sur de Hungría, como Szeged o Pécs, y cruzar la frontera comprende inspecciones de pasaportes y vehículos que pueden demorarse varias horas. Sin embargo, gozan de bastante autonomía (siempre lo han hecho). Durante las guerras de los Balcanes, pese a ser una zona relativamente tranquila, muchos huyeron a Hungría.

AUSTRIA

Es curioso como dos países con un pasado tan parecido y una relación tan intensa, formando ambos la monarquía dual Austrohúngara, toda una potencia mundial, han tenido dos caminos tan distintos. Austria, pese a perder la guerra y un montón de territorios, ganó las Burgenland, la franja este fronteriza con Hungría, donde había una mayoría de población germana, pero que pertenecía al reino de Hungría durante el Imperio Austrohúngaro.

Austria posee los Alpes, donde muchos húngaros van a esquiar en invierno, además de Viena, su capital, frecuentada por muchos húngaros también. De hecho, en las zonas fronterizas muchos húngaros van diariamente a trabajar a Austria y pueden tener un gran nivel de vida en Hungría, donde los suelos son mucho más bajos. Igualmente muchos austríacos hacen sus compras en las localidades fronterizas húngaras, donde es más barato. También el lago Balaton es un frecuente lugar de veraneo para muchos austríacos por su cercanía y sus precios. En general es una situación parecida a la que había hasta hace poco (y que, en menor medida, sigue habiendo) entre Francia y España (la del país vecino rico y elegante).

La relación de amor-odio histórica entre Austria y Hungría les ha llevado a una guerra mutua, a formar una monarquía dual, a romper el telón de acero por primera vez o a eliminar sus fronteras. Austria, que quedó en el lado occidental bajo el control de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, disfruta hoy en día de una gran prosperidad y un alto nivel de vida. Hungría, ocupada por la URSS y que quedó en el margen oriental del telón, vive la difícil transición y el duro intento de hacerse un hueco en el club capitalista que domina el mundo.

CROACIA Y ESLOVENIA

Con minorías muy reducidas de húngaros en sus territorios, los vecinos occidentales no han tenido muchos problemas. Croacia siempre gozó de cierto favoritismo e independencia cuando formaba parte del Reino de Hungría, y la rivalidad histórica está más suavizada en este caso. La clase pudiente húngara suele veranear en Croacia, ya que la costa adriática es la más cercana, y se puede alcanzar conduciendo unas cuatro horas desde Budapest (no muy diferente de la costa levantina desde Madrid, por ejemplo). Los no tan afortunados (la mayoría de los húngaros) veranean en el Lago Balaton o en casita. Otros destinos económicos son las ciudades búlgaras del mar negro, como Burgas o Varna.

UCRANIA

De nuevo la minoría húngara se halla en la zona fronteriza con Hungría, y de nuevo, como en el caso de Serbia, se encuentran a pocos kilómetros pero con complicados controles aduaneros. Hasta ahora, su identidad era bastante respetada, aunque la pobreza de la región ha impulsado a la mayoría de húngaros a moverse a Hungría. Con el auge del nacionalismo ucraniano, poco a poco los húngaros de Ucrania han visto su situación deteriorarse, especialmente tras el reciente golpe de Estado de la extrema derecha en el país. Veremos como acaba la cosa.

POLONIA

Aunque Hungría y Polonia no comparten fronteras, ambos países tienen unas relaciones excelentes. Podría decirse que los polacos son de los pocos "buenos amigos" que los húngaros tienen en Europa. Una frase famosa, tanto en el idioma polaco como en el húngaro es "el polaco y el húngaro son dos buenos amigos, luchan juntos y beben juntos". En húngaro es "Lengyel, magyar két jóbarát, együtt harcol s issza borát", y en polaco "Polak, Weiger, dwa bratanki, i do szali, i do szklanki". Incluso celebran un día anual de la amistad polaco-húngara. Comercialmente y económicamente también están muy ligados.

viernes, 23 de mayo de 2014

Sziget Fesztival



Todos los años desde 1993, la primera semana de Agosto tiene lugar el Sziget Fesztival (traducido como Festival de la Isla), que se desarrolla en la isla de Óbuda, al norte de la ciudad. Hoy en día es uno de los mayores festivales de música de toda Europa.

La primera edición fue en 1993, muy austera, debido a la mala situación económica y general de la Hungría post-comunista, donde las subvenciones, ayudas o inversiones para este tipo de eventos habían desaparecido o disminuido enormemente. Se llamaba Diákfesztival y era, como su propio nombre en húngaro indica, un festival de música de bajo coste para los estudiantes. Enseguida fue cogiendo fama dentro de Hungría, en 1996 llegó el patrocinio de una multinacional de bebidas y comenzaron a llegar bandas internacionales y público de toda Europa.

Hoy en día, alrededor de la mitad de los asistentes al festival son húngaros, y la otra mitad extranjeros, destacando especialmente los holandeses, británicos, alemanes, italianos y franceses, aunque se puede encontrar gente de casi medio planeta. Su récord de asistentes lo tiene la edición de 2009, con 390.000 personas a lo largo de la semana (incluyendo 70.000 en un solo día). En cualquier caso suele rondar esas cifras anualmente, y no baja de los 300.000 asistentes desde 1999.



Acceso a la isla de Óbuda, donde se desarrolla el festival.


A lo largo de estos años han pasado la mayoría de los grupos más importantes de la escena musical internacional actual, como Rammstein, Green Day, Coolio, The Cardigans, HIM, Oasis, Bad Religion, Placebo, Muse, The Rasmus, Buena Vista Social Club, Gogol Bordello, The Prodigy, Sunrise Avenue, Manu Chao, Pink, Chemical Brothers, Iron Maiden, Jamiroquai, R.E.M, The killers, The Kooks, The Offspring, Iggy Pop, Sum 41... así como Ska-P o Molotov en cuanto al idioma castellano y grupos húngaros como Takcsapda o Quimby.

Hay varios escenarios, bares, discotecas, zonas de acampada... en fin, lo típico de estos festivales. Al estar en una isla es más fácil de organizar, aunque ha habido gente que para ahorrarse la entrada ha intentado llegar nadando o en pequeñas embarcaciones, aunque oficialmente sin éxito hasta la fecha.




Este año se celebrará entre en 11 y el 18 de Agosto, y aunque aún no está terminado el programa por completo, sí se han anunciado varios conciertos como el de The Prodigy, Placebo, Blink 182, Calvin Harris, Imagine Dragons o Fedde Le Grand. Los precios van desde los 50 € el pase de un solo día hasta los 229 € de la semana completa (incluyendo camping) a día de hoy, aunque el precio sube a medida que se acerca el festival. Podéis consultar en su página web conciertos, tickets o actividades.

miércoles, 21 de mayo de 2014

A vueltas con el tabaco

Hasta el año pasado, comprar tabaco en Hungría era coser y cantar. Podías encontrarlo en los supermercados al lado de las cajas, en los bares, gasolineras, tiendas 24 horas (muy populares aquí) y en casi cualquier sitio.

El año pasado, Fidesz decidió monopolizar el negocio del tabaco creando una red nacional de estancos (llamados tiendas de tabaco) que tuviesen licencia exclusiva para su venta. En España, los estancos pueden vender tabaco a un precio más bajo, pero no tienen la exclusiva de venta. Ello suponía que los dueños de pequeños negocios que vendían tabaco (entre otros productos), ya no podrían hacerlo, al igual que tampoco las grandes superficies.

Las nuevas tiendas de venta de tabaco debían cumplir varias normas: la primera era conseguir la licencia (un asunto espinoso que es la base de este artículo, y en el que profundizaré más adelante). Además, las tiendas de todo el país tan solo pueden exhibir en su entrada de manera clónica el siguiente cartel de la foto:




Donde está escrito en un círculo de patrióticos colores "Nemzeti Dohánybolt" (Tienda de Tabaco Nacional). Además, los cristales deben ser opacos para imposibilitar ver el interior, y otro enorme círculo, con un "18" anuncia la edad mínima para poder entrar. Lo gracioso de esto fue que muchos turistas extranjeros, que desconocían totalmente el significado de "Nemzeti Dohánybolt" entraron a las tiendas guiados por su cartel de "18" y sus escaparates opacos pesando que se trataba de algún tipo de red de sex shops (hay que tener en cuenta que Budapest es un destino de turismo sexual en auge). Probablemente, una vez dentro y relevado el misterio de ser tan solo un simple despacho de cigarrillos, se apresuraban a salir, o quién sabe, quizás incluso alguno empezó a fumar después de aquello.




La creación de estas tiendas significó que muchos pequeños comerciantes tuvieran que bajar la persiana de sus comercios definitivamente, pues el tabaco era la principal fuente de ingresos (al igual que el alcohol, con el que el gobierno medita ahora hacer lo mismo). Paralelamente ha resurgido un importante mercado negro de tabaco (que ya existía desde antes, pero que ahora ha crecido más), que introduce ilegalmente en Hungría cajetillas de tabaco procedente de otros países (especialmente Serbia, donde es más barato y con quien el país comparte frontera).

El gran escándalo llegó cuando comenzaron las acusaciones de que el reparto de las alrededor de 3.000 licencias a lo largo de todo el país se hizo casi en exclusiva a personas afines a los políticos de Fidesz (familiares, amigos, importantes afiliados...), muchos de los cuales incluso carecían de cualquier experiencia comercial previa, lo cual levantó una amplia polémica. El caso fue puesto rápidamente en manos de la justicia.

El asunto intentó ser tapado por el propio Fidesz, que apeló la orden judicial de entregar toda la documentación relevante acerca de la entrega e licencias de los estancos, pero recientemente esta apelación ha sido desestimada, y el poder judicial ha requerido de nuevo al Ministerio de Interior que entregue dicha documentación. Veremos qué ocurre al final, pero dada la mayoría absoluta de Fidesz en el parlamento y su amplio control del poder judicial (hay que recordar que Orbán prejubiló a muchos jueces nada más llegar al poder, para poner a otros más afines a él), no hay demasiado optimismo con el asunto.

lunes, 19 de mayo de 2014

Győr

Győr es la sexta ciudad de Hungría por población, con 128.000 habitantes, y se encuentra prácticamente a mitad de camino entre Budapest y Viena, al noroeste del país. Situada a tan solo 120 kilómetros de la capital húngara, y por su pequeño tamaño pero gran belleza, Győr es una ciudad perfecta para una escapada desde Budapest, y también recomendable desde Viena o Bratislava por su cercanía.

Cómo llegar

Si disponemos de automóvil y partimos de la capital, tan solo tenemos que tomar la autopista M1 y conducir los 120 kilómetros que separan ambas ciudades, algo que llevará menos de una hora de viaje. 

Si dependemos del transporte público, el tren es la mejor opción sin ninguna duda. Cada hora parten trenes desde la estación de Keleti, y lo mismo ocurre en sentido inverso, desde a las 5 de la madrugada hasta las 9 de la noche. El viaje dura alrededor de una hora y media, y el precio del billete ronda actualmente los 10 € en 2º clase.

Breve historia

Fundada por los celtas en el siglo V a.C., se denominaba Arrabona (y a día de hoy el nombre alemán es Raab). Después fue ocupada por romanos, eslavos o ávaros hasta que el siglo X llegaron los húngaros y ocuparon la ciudad. Győr sufrió las invasiones posteriores de tártaros y otomanos, como la mayor parte del país. Antes de que llegaran los turcos, en el siglo XVI, la ciudad fue quemada para que el imperio Otomano solo encontrase cenizas. Posteriormente los Habsburgo recuperaron la ciudad y comenzó su reconstrucción.

La ciudad siempre ha tenido una importante tradición industrial, y es una de las zonas más prósperas de Hungría. Cuenta con una importante planta de Audi, y los ejecutivos alemanes siempre están presentes por las calles y restaurantes del centro de la ciudad. También cuenta con universidad. Es de las pocas ciudades húngaras que no ha perdido prácticamente población desde la caída del socialismo, y su centro y edificios históricos han disfrutado de un intenso proceso de restauración.

Qué ver

Partiendo de la estación de tren, el primer gran edificio que nos encontraremos es el ayuntamiento (városháza), un espectacular palacio con su característica torre central de 85 metros de altura. 


Városháza, o ayuntamiento de Győr.


Desde aquí deberemos de tomar la calle Baross Gábor, que nos llevará directamente a la parte histórica. En esta misma calle se encuentra una de mis pastelerías favoritas, Matias Kávéház és Cukrászda, que es un sitio perfecto para hacer un alto, tomar un buen café y degustar uno de los pasteles que ofrecen. Tras recorrer algunas de las calles del casco viejo, deberemos cruzar el doble puente sobe el río Rába (nombre curioso para los hispanohablantes). A mitad de camino (como dije, el puente es doble) hay una isla a la cual se puede bajar y recorrerla. 



Clásicos pasteles en Hungría, como la Dobos torta (segunda comenzando por la izquierda), Túrós torta (cuarta comenzando por la izquierda) o la Sacher torta (segunda comenzando por la derecha. Esta última es originaria de Austria, pero también es muy famosa en Hungría).


Si cruzamos el puente en su totalidad, una opción aconsejable es recorrer el paseo junto al río de Mihálkovics hasta llegar a una rotonda, desde la cual divisaremos la sinagoga, con un tamaño sorprendente en comparación con el tamaño de la ciudad, y que nos da la idea de la importante población judía que la habitaba hasta la segunda guerra mundial.


Sinagoga de Győr.


Un poco más allá está el balneario de la ciudad (que no puede faltar, como buena ciudad húngara), el Raba Quelle thermalfürdo (aquí su web en inglés). Son más baratos (y pequeños) que los de Budapest, y sin duda son recomendables si disponemos de suficiente tiempo. Disponen de piscinas termales tanto interiores como exteriores, así como sauna.

Cruzando el puente Jedlik Ányos sobre el Mosoi-Duna, llegamos a otra parte de la ciudad, con un agradable parque (Kálóczy tér), y de nuevo tomaremos un tercer puente, Kossuth híd, para volver a la parte antigua. Caminamos por Jedlik Ányos utca, una calle con comercios y curiosos carteles colgantes decorativos, y llegamos a Szechényi tér, con su enorme iglesia de San Ignacio de Loyola. Un poco más adelante está el teatro de Győr (obviamente llamado Némzeti színház, teatro nacional en húngaro, como todos los del país).


Szechényi tér.




A la hora de llenar el estómago las opciones son variadas. Cuando yo estuve, nos decantamos por el John Bull étterem, ya que era un viejo conocido con franquicias en otras ciudades húngaras, decorado al estilo inglés. La comida y el servicio fueron excelentes, y es bastante popular entre turistas, ejecutivos de Audi alemanes y lugareños. Está muy cerca del puente doble sobre el río Rába (Rába kettos híd en húngaro).

Como dije es una ciudad pequeña, fácil de ver en un día, aunque si nos lo queremos tomar con tranquilidad, visitar su balneario durante varias horas e ir a varias pastelerías y restaurantes, quizás lo mejor sea pasar allí una noche y volver al día siguiente a Budapest.



sábado, 17 de mayo de 2014

El ciclón Yvette visita Hungría

Un inesperado visitante ha recorrido el país durante buena parte de esta semana. Se trata de Yvette, nombre con el que se ha bautizado a este ciclón de origen mediterráneo que ha dejado abundantes lluvias y vientos registrados de hasta 115 km/h, desbordado el Balaton, tirado árboles, levantado tejados y esas cosas que les encanta hacer a estas tormentas. Aunque no son frecuentes en Hungría, de vez en cuando suele llegar alguno y dejar imágenes espectaculares. En Croacia, Serbia y Bosnia también ha habido numerosos problemas, allí la tormenta ha sido mucho peor que aquí.

Dentro de Hungría, como es habitual, la peor parte se la ha llevado el Balaton, que se ha desbordado, ya que el fuerte viento ha levantado olas que han llegado hasta las poblaciones costeras, debido en gran parte a la escasa profundidad del lago y a la poca protección que tiene su costa. Sin duda que van a tener trabajo para reparar todo antes de que comience la época estival.

En la página de idokep.hu pueden encontrarse estas impactantes fotos del Balaton y alrededores:















Los países colindantes tampoco se han librado de la furia de Yvette:


Calles de Belgrado, donde se han registrado precipitaciones de más de 10 centímetros por metro cuadrado.

Río desbordado en Croacia.

Hasta 30 centímetros de nieve en Bosnia y Herzegovina.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...